Crónica para jaibas y cangrejos

Dalton Osorno
Novela ganadora del Premio La Linares de Novela Breve, 2020
Es una novela polifónica y metaficticia que recoge las vivencias de la guayaquileña Calle 18 o Calle Salinas y los burdeles que la bordean, así como también de la ciudad puerto que la acoge. Compuesta de cuarenta y ocho apartados, convoca y combina una multitud de voces entre las que destacan aquellas de un viejo cronista y un joven novelista deseosos de registrar y fabular el presente y el pasado de la calle prostibularia y sus habitantes, y las memorias de la bella Ambrosina, regenta de El Mil Amores, una de las casas de citas más celebradas de la calle.
Esta novela seduce por su rico y diestro trabajo con el lenguaje y por su habilidad para crear y recrear ambientes. El manejo del lenguaje revela un trabajo de orfebre en el que se dan cita un abundante repertorio de vocablos de germanía y la revitalización de términos antiguos, notable en el nostálgico diálogo entre los dos viejos “cafishos”. Destaca también por su destreza en la pintura de los escenarios: la calle 18 con su parafernalia suburbana de sonidos, sabores e imágenes y la ciudad de Guayaquil, con su herencia de piratas y nutrida historia musical. Otro punto favorable en la novela lo constituye su capacidad para reflexionar (y provocar la reflexión) sobre eventos recientes y su impacto social (la construcción de muros para acotar y controlar la actividad en la Calle 18) así como también hechos de la historia de Guayaquil (por ejemplo, el asesinato de los estudiantes que luchaban por libre acceso a la universidad) sin caer en didactismos ni someter el trabajo literario a estas consignas. Se trata sin duda de una novela disfrutable que puede leerse a diferentes niveles y que incita a continuar la lectura.